martes, noviembre 17, 2015

La caída del Cazador

 Bastó un beso despiadado para aventarme devuelta al infierno. Un movimiento suave y sensual, una caricia que partió desde la mejilla y terminó en sus labios. Un acto que me transformaba en victima y victimario, la inocencia se escapaba fuera de mi voluntad, me entregaba a los aromas hediondos de recuerdos que resurgían con fuerza desde las lapidas de un cementerio de recuerdos.
Sabía, de alguna forma sabía que ese encuentro entre las sombras, el silencio y la complicidad terminaria en aquel vergonzoso final. Un desenlance tan despiadado como deseado. La curiosidad y el deseo me llevaron a raudo galope por caminos que alguna vez juré no volver a recorrer. Ayer olvidada, enterrada y llorada. Aun recuerdo ese lluvioso día en que las lagrimas caían tanto fuera como dentro del coche, en el que mi corazón aun ardiente era obligado a enfriarse en un manto frío de soledad. Te despedí, te vi partir, decender a lo mas profundo de la tierra. Cerré la lapida y me fuí, media vuelta y arranqué... Muchas veces miré hacia atras, más nunca te volví a visitar.
 Hoy, de pie frente a mi con la luna recortando tu silueta, con tus ropas rasgadas, tu piel blanca y tus ojos opacos. Hoy vives de una forma macabra frente a tu propia tumba, frente a mi que tiemblo como una debil hoja de papel. Se que debo hacerlo, atravesar tu muerto corazón con una estaca... La vieja rutina. Estoy armado, tengo todo para destruirte... Pero ahi estás, inmovil, sonriente, tierna, estoica... El tiempo se congela, no me di cuenta cuando tomaste mi mano y la pasaste por tu rostro. Eres tu... De una u otra forma sigues siendo tú... Muerta pero viva a la vez, la peor pesadilla de un Cazador. Ayer enterrada, odiada y olvidada...
Se que no debía pero sucedió... Rompí mis codigos, mis votos, mi honra. La sombra de la noche ocultó mi secreto. Quisiera culparte del todo... pero nadie me obligó a estar ahí.

Me retiré en silencio... Abandoné la estaca y el martillo. Y aunque esa noche te dejé vivir, creo que por fin estas muerta.

Anoche fui cazado...