Una llama en las tinieblasEl encendedor iluminaba a ratos su rostro. Su cara no mostraba sentimiento alguno, sus ojos se mantenia abiertos mientras miraba el horizonte sin siquiera pestañar.
Nada daria un indicio de que algo pasaba con el de no ser por que estaba a la orilla de una azotea de un edificio a 30 pisos de altura. El exentrico personaje se encontraba solo, el viento hacia mover su corbata y de paso levantar un poco su chaqueta dejando a la vista la cartuchera vacia de lo que podria ser una pistola.
El fuego que encendia a ratos hacia que en las tinieblas de aquella noche surgiera la figura de esta persona con un juegos de sombras bastante aterrador. La llama bailaba producuto del viento y sin apagarse, hasta que el sujeto cerraba la tapa y volvia todo a la oscuridad borrando toda pista que mostrasen que en aquella azotea estuviese alguien con las puntas de sus zapatos colgando hacia el vacio.
Nadie lo veia, el no veia a nadie. Las dudas surcaban por su mente, pero solo una pregunta se mantenia constante en su mente: el por que.
En poco tiempo mas la policia daria con su paradero, dejo las pistas regadas por todas partes. Todos sabrian donde encontrarlo. Solo tenia que saltar, o tendria que afrontar la verdad y responder a preguntas que el no se atrevia ni siquiera a mencionar.
De seguro todo hubiese sido distinto para el si los revolver tuviesen 7 balas en vez de seis. La euforia lo habia llevado a perder su ultimo tiro, el tiro que se lo llevaria al otro mundo sin tener que afrontar tan dificil tarea. Saltar a 30 pisos, teniendo miedo a las alturas.
Seis tiros, y tan solo uno fue util, ¿era nesesario haber enterrado la misma docis de plomo cinco veces en el cuerpo despues de haber dado uno entre las cejas de la victima?
No lo sabia, pero de algo estaba seguro, debia terminar con esta secuencia de horror que durante dos meses lo habia estado agobiando. Todo habia salido de control, nada seguia los parametros originales del juego, nadie deberia haber muerto.
El viento que corria cada vez era mas y mas frio, el vaho del aliento empezaba a surgir y a notarse por cada vez que prendia su encendedor.
Las sirenas empezaban a escucharse a lo lejos, su final cada vez estaba mas cerca. La policia lo encontraria, trataria de explicar, no entenderian, lo tildarian de loco, lo alterarian, perderia la concentracion y se desataria el terror atado en su brazo izquierdo, el cual habia mantenido en su bolsillo desde el comiezo de todo esto.
Aqui llegaba el final de la vida de este hombre, el de mala vida, el desconfiado, el paranoico, el exentrico, el ñoño.
Por fin habia encontrado una verdadera señal de maldad, por fin seria un heroe, un heroe para su victima para el y para los ojos de la suprema autoridad celestial. Para el resto un loco al cual se le habia secado el cerebro de tantos dados y libros prohibidos grabados a fuego en su mente. El cual de un dia para otro revento en la locura olvidandose de ser persona, borrando todo recuerdo de emociones, factores que solo lo hubiesen detenido al momento de soltar la carga del revolver sobre la frente de aquel sacerdote amigo. El sacerdote que guardaba sus peores pecados, al cual le confiaba sus temores y problemas. Su amigo.
Las razones por las cual llevaron a este asecinato lo unico que logra es justificar la locura, razones a las cuales temo referirme, que no entiendo y espero no comprender. El mal se ocultaba tras este conflicto, el mal encarnado tanto material como inmaterial se hacia presente en esta cronica de manera aterradora. Demonios invocados atravez del tiempo que se hacian presente en pleno siglo 21. Poseciones aterradoras, finales imprevistos, sangre de inocentes derramadas, fuego de malditos apunto de arrojarse a los avismos del infierno. Todo esto resumido en una sola palabra. Locura.
El frio aumentaba con el tiempo, los ojos del sujeto empezaban a apretarse mientras de su brazo escondido se iniciaba un espectaculo perturbador. Un vapor parecido al del agua al evaporarse comenzaba a fluir en busca del cielo. Su mano derecha empezaba a apretarse contra el encendedor, el fuego de este empezaba a disminuir y a tomar un color verdoso. Los dedos bajo el abrigo se le empezaban a retorcer y a crugir de modo espantoso. Gotas de sudor empezaban a recorrer su rostro.
La policia ya habia llegado, los focos empezaban a buscar su objetivo, un grupo operativo habia ingresado al edificio. Los megafonos y las sirenas inundaban el lugar con sus desagradables ruidos. El sepulcral sonido que habia en un comienzo se encontraba completamente destruido producto de los efectivos que irrumpian en el lugar.
La oscuridad habia sido rasgada, el momento habia llegado, su concentracion solo dependia de la llama que mantenia en su encendedor. Desde pequeño el fuego lo habia calmado, era su foco, su avatar, y ahora tendia a la desaparicion.
!la puerta de la azotea revienta violentamente! Las linternas de las armas automaticas cortaban la oscuridad en busca del asecino.
Se iniciaba una violenta secuencia en la mente del sujeto. Las imagenes quemaban su cerebro, la velocidad de aquellos recuerdos iniciaban una hemorrgia nasal bastante exagerada. Su brazo izquierdo continuaba retorciendose, sus dedos fracturados rasgaban la piel de estos, la sangre corria a travez de la mano.
!no se mueva!- Gritaron los operativos. Los cañones se dirigian directamente hacia la cabeza del psicopata.
Porfin, ya era todo, hasta aca llegaba todo, pasara lo que pasara todo terminaria. Su brazo continuaba crugiendo, el dolor le era insoportable.
De la vuelta lentamente- fue la siguente orden recibida.
El sonido se opacaba, lo unico nitido era el latido de su corazon y el crugir de los huesos de su brazo que evidenciaban la roptura inmente de estos.
Era la ultima regla que cumpliria, empezaba a girar, pero su pierna derecha no le respondia, empezaba a enfriasele. Con dificultad termina su circulo. Las linternas encandilaron sus ojos.
- !muy bien, ahora saque la mano de su bolsillo y dejela donde podamos verla¡
-!no puedo!, dijo con un hilo de voz.
- !tan solo agalo!
En aquel momento una aterradora voz de ultratumba destroza la mente del individuo, justo cuando de sus oidos empieza a fluir una sustancia roja. Sus ojos apretados daban muestra de una feroz batalla interna. Para El la cosa era clara, debia acabar con la criatura en su brazo, para aquello nada debia ocacionarle la muerte, a lo que me refiero, nada externo a el.
Debia saltar, pero cuando se disponia hacerlo sus ojos se abren ignorando la luz, mostrando dos globulos oculares inyectados en sangre, con sus dos iris de un monstruos color amarillo. Su brazo todo retorcido se estira acompañado de una espantosa sonajera de huesos y carne abierta, la velocidad del movimiento es sorprendente, la mano completamente abierta apuntaba en direccion de los efectivos, y como si de ella hubiese salido un disparo se revienta el casco de uno de los oficiales dejando la punta de la columna vertebral aflorando del cuello destrozado el cual alguna vez afirmo una cabeza. El cuerpo cae al suelo y casi de inmediato se prende en un fuego negro. La cara de los aterrados policias se hizo evidente al momento en que soltaron sus cargas contra el sujeto de enfrente.
Fue casi un milagro el hecho de las balas solo le destrozaran una pierna, le perforaran un pulmon, le quebraran la clavicula y le molieran el estomago, pero a pesar de todo, aun respiraba.
Facil le salia esperar su desangramiento, pero si lo hacia, todo por lo que su amigo lucho estaria perdido. Ahora entendia por que no debia haberle la matado. La orilla de la azotea no estaba lejos. Los soldados se dirigian a el rapidamente. Con el mas intenso sufrimiento, se levantaba con su pierna quebrada, estaba solo a un salto del fin de todo. Ya estaba de pie, la posa de sangre lo amenzaba con una eventual resbalada.
Un fuerte brazo lo sujeta por el hombro y lo amenaza con lanzar al suelo. La presion se hace soltar un fuerte chorro de sangre por la pierna la cual se derrumbaba por el peso agregado.
Se encontraba en el suelo con las esperanzas cada vez peores. Lo tenian de boca contra el suelo, su brazo derecho era llevado hacia su espalda, la rodilla en su columna provocaba que la sangre fluyera con mas fuerza a travez de los orificios provocados por los proyectiles.
La cara del su opresor empezaba a acercarse a la de el, sentia el aliento en su rostro. Ya estaban al mismo nivel cuando el policia le susurra algo al oido, no se sabe que le abra dicho, solo que se provoco la reaccion mas violenta que se habia visto, ignorando sus heridas gira su cuello hasta quedar de frente al de su enemigo, al parecer los ojos amarillentos del caido provoco cierto terror en el agresor, la cosa es que en un rapido movimiento sus dientes alcanzan el cuello del soldado y de un tiron rasgaba la carne con la aorta, en segundos la boca se le llenaba de sangre. Dando un extraño giro logra safar su brazo encontrando la pistola del general que alguna vez lo sostuvo en el suelo, se levantaba dando dos tiros al COLEGA que se encontraba en el suelo sujetandose la herida. Con la misma arma le atinaba un balazo en la pierna a atro efectivo que venia a taclearlo. Ya no quedaban mas, el resto se encontraba paralizado por el terror de tan macabra escena.
Todo se tranquilizaba, en el suelo buscaba su encendedor, lo encuentra, lo enciende, las imagenes ya se le estaban nublando por la sangre perdida, el fuego verde era el salia a bailar, aun estaba el bastardo en su brazo izquierdo y por alguna razon no se manifestaba. Se sienta a la orilla de la azotea, deja el encendedor de pie a lado de el, coge nuevamente la pistola y mirando al oficial que aun se retorcia en el suelo a pesar de tener un moridsco en cuello y dos balazos en el tronco, le apunta directamente a la cabeza.
-Ni platonico.
Y lanzando un disparo a los cesos del sujeto cierne su ultimo acto antes del salto que terminaria por acabar con tan delirante episodio.
Poco despues, la lluvia empieza a caer y apaga el encededor justo en el instante en que el protagonista tocaba suelo.
Fin.
