miércoles, abril 26, 2006

Pasaje al olvido...


La pieza esta oscura, su rostro es iluminado por el pálido resplandor que irradia el monitor de su computador. De la ventana rastros de luz de los vehículos que pasan por fuera entran en curiosa danza espectral alargando las sombras y dando brillo donde normalmente no hay. Aquella fría escena pintada con los valores de la vida (blanco y negro) solo semejaba el estado mental de aquel sujeto postrado en su silla, con las manos en el teclado sin escribir mensaje alguno, su cabeza daba giros y caía en una espiral de perdición conducida al mismísimo infierno de las cabalidades de un ser.
Nada daría reflejo a su estado, la extraña calma en su cuarto no se parecía en nada al tormento en su cerebro. Sus ojos fríos pegados en su monitor mirando la borrosa imagen de sus ojos desenfocados centrados en la visión que le daba su tortuosa imaginación.
Su dormitorio, en aquellos momentos solo adornado con blanco y negro, producto del juego de luces ya antes descritos narraban la melancólica imagen de aquel que solo deseaba que su vida solo tuviese aquellos matices, nada de colores intermedios como los que la realidad le exigía aceptar.
Ya era tiempo, el lo sabia pero no quería comprenderlo, temía, realmente le tenia miedo al siguiente paso que tenia que dar, ese que quitaría aquella astilla de su mano, ese movimiento que le quitaría aquel doloroso recuerdo y que de apoco con el pasar de los tiempos terminaría cediendo en el olvido, pero no es fácil la transición…

La lluvia cae sobre sus hombros, la calle vacía, las luces tenues de los postes que bordean aquella avenida como alameda que se extiende al infinito. Nuevamente, los colores escasean y solo las luces de neon de algunos locales dan cierto aliento de vida a aquel sector de la capital acribillado por la indiferencia.
El frió se hace sentir, pero no importa, el solo espera aquella micro que lo llevara lejos de aquel infierno de recuerdos.
La luz tintinéate sobre su cabeza amenaza con apagarse en cualquier segundo y ningún bus se ve a la distancia.
Los tubos fluorescentes empiezan a apagarse, la calle empieza a quedar oscura, los postes empiezan a parpadear, después de cerca de un minuto de un caos extrañamente tranquilo de luces, de apoco la avenida empieza a quedar a oscuras siendo el unico haz de luz ese que cae sobre sus hombros y que solo amenaza con extinguirse.


-la luz se apaga… la oscuridad abraza todo.


Su mano temblorosa coje el Mouse, acaba se cerrar una ventana de su MSN, una ambulancia viaja por fuera de su casa, el haz rojo de la sirena ilumina sus ojos opacos.
Sabe lo que tiene que hacer, pero no se atreve, son solo 2 clicks y su mente quedara liberada para siempre, pero todos saben que para quitarse una astilla es necesario romper la piel para sacar aquel pequeño trozo de madera incrustada, bien ahora tan solo piensa que ya no es un minúsculo trozo de algún palo y que ya no esta en tu cuerpo si no que en lo mas profundo de conciencia, sabes que si la quitas, la molestia pasara, pero recuerdas que la trepanación se prohibió hace ya muchos años. En pocas palabras, para arrancar aquel estorbo de su mente era necesario perder parte importante de su cerebro, era un daño necesario el cual no dejaba de provocarle cierto rechazo.
Su dedo se deslizo lentamente hacia el botón contrario de su mouse, estaba decidido a hacerlo…


El frió ya no era nada, ahora también se le agregaba la infinita oscuridad de la duda y la incertidumbre.
Sumido en las tinieblas de la noche, recordando antiguos pasajes nocturnos que le cortaban su calma, apretaba los puños deseando escupir todo eso que le invadía tan solo por estar en la oscuridad.
Un haz de luz corta la quietud del negro, su rostro se parte en sombras y reflejo, no se encandila. El ruido del motor destruye el dañino silencio que le atacaba. El vehículo se detiene frente al paradero, la amarilla maquina sin numero abre sus puertas, el hidráulico hace su particular sonido.
Se sube sin dudarlo, era hora de dejar aquel paradero atrás. El chofer no le mira no cobra, pasa al final del lúgubre pasillo, las luces están apagadas, el interior es oscuro, solo iluminado por un extraño y pálido resplandor que entra por las ventanas de la derecha. Solo tres personas se encuentran en el interior del vehículo repartidas aleatoria mente en los asiento, lo bastante separadas como para no dudar que no vienen juntas.
Se sienta en la fila de la derecha, al lado de la ventana, apoya la cabeza en el vidrio y mira la luna que se filtraba a través de las nubes que llovían. La luna esta en el cielo, blanca y calma mirándolo con una desagradable ironía.

Basta de pensar tanto, era tiempo de avanzar, el dolor era necesario soportarlo para luego poder sanarlo. El mouse se posa sobre el icono, la pequeña ventana de identificación de sujeto se aparecía. Su dedo temblaba sobre el botón… ¡clic!
Una ventana emergente aparece con decenas de indicaciones, el puntero baja…

Un haz de luz desde la ventana corta un instante en el tiempo y el espacio creando una extraña situación viable solo en la imaginación de la mente humana, pero eso no lo pensaba aquel que sentado iba. Terminado el viaje de aquel rayo luminoso, sus ojos se posan en otros que venían sentados frente a el. La silueta femenina que se dibujaba entre las penumbras de la micro no reconocible ante tanta sombra no hacia más que mirar fijamente. Sus ojos brillaban como los de un gato acechante.
Pasaron varios segundos y nadie decía nada, el ambiente se tenso un momento, pero la calma abundaba en los ojos serenos de aquel que viajaba.
- ¿Qué es lo que haces?- pregunto la mujer
Después de una buena cantidad de tiempo en las que pasaron varios ases de luz provenientes de los postes de las calles, el sujeto responde.
- Tan solo viajo…
- Viajas o huyes??
- ¿Cuál es la diferencia?
- El sentido.
- Pues creo que tan solo voy hacia delante.
- Yo creo que huyes.
- Y que que asi fuera?, hay algun problema en abandonar cuando las tierras se vuelven infértiles y tus ovejas se vuelven una plaga de serpientes?.
- Entonces huyes…

Silencio, un largo y duro silencio abraza aquella escena. Sus ojos buscan la ventana para encontrarse con la luna, pero solo ve nubes en el firmamento. Baja la mirada al suelo, y con la mirada perdida, responde.
- Si, creo que si. Aunque me gusta pensar que mas bien, olvido.

Una sonrisa se dibuja en el oscuro rostro que se encontraba adelante, un nuevo haz de luz recorre el pasillo. La silueta había desaparecido y nuevamente el asiento se encontraba vacío…


Su corazón empezaba a saltar fuertemente, el puntero se había ubicado encima de la opción “eliminar”, era tan solo el último clic y todo habría terminado. Un vez después de aquel paso tan solo tendría que esperar el olvido, esperar al tiempo y esperar que aquel agujero fuese tapado. ¿Qué tan difícil podría ser presionar ligeramente el índice sobre el sensible botón? Bueno en aquellos instantes realmente se hacia un infierno terrenal. Su vista se agolpaba en la pantalla pero su mente divagaba por el espacio infinito infestado de buenos recuerdos que se agrietaban cuando los procesaba… Y ahora, tan solo un clic…
-clic! ...

Solo, nuevamente solo en aquella micro que viajaba por el incierto camino que se dibujaba a medida que se recorría.
Su mirada se perdía en la lejanía del negro del paisaje que se cubría con el manto de la noche y de la estrepitosa lluvia que caía desde el cielo. Sus ojos opacos y sin brillo se negaban a mostrar la realidad de su alma perdida por el tiempo, abandonada por las fechas. Cierra sus ojos y viaja tiempo atrás, en el lugar donde todo llego a su esplendor, donde el infierno marcó su máxima temperatura, ahí perdido en algún lugar cerca de un río. El estaba lavándose en la orilla del afluente y conversaba con un viejo amigo encontrado por el azar de las épocas. Se rieron bastante rato, y en la conversación su amigo le recordó un pasado que tenia olvidado, un pasado de furia y esplendor, de aquel en que su cuerpo era mas reducido pero se espíritu era mas encendido, de un tiempo en que no se lavaba a orillas del rió, si no que corría desde su rincón para saltar a la corriente temprano en la mañana, siendo uno de los primeros en caer en las gélidas aguas. Aquella conversación había generado un gran peso en su ser, una revisión de su vida, paso de ser del tan solo un junta fortuita de dos conocidos al paso de una introspectiva de aquel que viajaba. No tenia claro si es que aquellos sucesos habían sido solo coincidencias o si era los verdaderos efectos de una conversación con un psicólogo de tiempo completo.
Lo que si era claro, eran las palabras que le dedico a una parte de su vida que el tenia oculto y que realmente le molestaba el hablar.
“las mujeres son criaturas muy nobles, son tiernas y amables si las tratas con las palabras correctas, comparten contigo tu apellido y al momento de tu muerte lo cargan con orgullo y pasa hacer un nuevo nombre para su identificación. Es cierto que te cuesta comprenderlas, pero te digo que nunca nadie terminara de conocerlas y menos de entenderlas, es ahí en donde radica su misterio y su magia.
Tu siempre has tratado con hombres y una dama te quiebra el esquema, antes gritabas con furia y retabas para obtener cambios y al hacerlo te ganabas el respeto. Ahora te vez en la obligación de aumentar tu vocabulario y cambiar tus tratos, es algo que por lo que recuerdo te es muy dificl.
Por eso te digo, no trates de entenderlas, no lo lograras, tan solo acéptalas y descubrirás su verdadero valor, pero inténtalo no te des por vencido”
Bueno, quizás no hayan sido las misma palabras pero el tiempo carcome las buenas frases que te da la vida.
Después de aquella conversación, fue a su rincón tomo su traje de baño y se lanzo al rio.
De vuelta en la realidad de aquel transporte se encontraba con la mirada sarcástica de dos sujetos que se encontraban en el puesto de enfrente y con la cabeza de una chica apoyada en su hombro. Las luces de una aparente carretera cruzaban la ventana e iluminaba a ratos las caras de los presentes. Curiosa semejanza de algun evento pasado ...

Continuara...

(la historia fue puesta en 2 parte debido a su extension)