El hombre de la poca cordura.
Hoy desperté en mi pieza, atontado por el cansancio producido después de una larga siesta de alómenos 11 horas seguidas producida por un resfriado que me habría agotado la poca y nada energía con la que me muevo. Mis ojos, que con pesar lograron abrirse, se toparon con 6 más que me miraban desde los pies de mi cama, los 3 vestidos de igual manera (elegante, a lo agente Smith), con un tono despectivo. Los tres sujetos los conocía bastante bien, eran amigos de “mi infancia” y compañeros de ruta (scout). Relajadamente les pregunte que hacían en mi pieza, a estas horas de la madrugada (eran las 6.30 am), su respuesta me dejo atónito.
-venimos a eliminarte.
A eliminarme??... y por querrían hacer eso, soy su amigo, o por lo menos eso creía (hasta ese instante). Una nueva pregunta surgió en mi mente, y que tenia que ser preguntada.
- y por que me quieren matar?
Su respuesta solo creo mas intrigas en mi agotado cerebro.
- no dijimos matarte, si no… “eliminarte”.
No entendía lo que querían decir con eso de “eliminarme”.
Al incorporarme en mi cama, se los hice saber, y fue cuando que de mi closet, sale un grupo de féminas, las cuales conformaba hasta ese instante el congreso. Las tres, las cuales caminaban tan cohesionada, que no se les distinguía diferencia entre una y otra, además hablaban a coro. (no se si será importante decir que no movían sus pies)
Ellas hablaron cosas muy extrañas, entre ellas, de que toda mi vida era una farsa, y que mi recuerdos, no eran mas que secuencias de imágenes grabadas en mi cabeza, y que esta recién se había iniciado hace tres minutos atrás, es decir desde el momento en que desperté. Que todo era un programa.
Me contaron que R.U.T.A. era una sigla en no se que idioma que se encargaba de encerrar a posibles enfermos mentales en sus propias mentes, para así poder proteger a la población.
Yo no entendía nada, ¿por que yo matar a alguien?, si la única persona que yo había matado antes era a la representante de congreso de mi equipo con una pistola precisamente para aquello, le atine un perfecto tiro en la frente, en lo que se dice, entre ceja y ceja. Si es cierto, nunca tuve pruebas de que ella conspirara contra mi, pero no me pueden acusar de paranoia por eso, cualquiera se puede sentir perseguido, y andar con la casualidad de tener una pistola bajo la chaqueta para matar representantes de congresos de tu equipo, y responder de mala manera. Fue solo un día, no mas muertes en toda una vida, ¿y tan solo por eso me “eliminan”? Ni que fuera mucho, congreso aun anda con el cadáver acuestas, ni que lo hubiese quemado, y hecho desaparecer. A mi parecer, ellos son los paranoicos.
Luego hablaron de que yo era de aquellos capaces de eliminar la mitad de la población de santiago, por una simple mala espina.
Eso me impacto, ahora me trataban de genocida, de acecino en serie, en mi propia casa, en mi pieza, a los pies de MI cama. No hay derecho a nada en este mundo.
Luego me dijeron que me tenían que eliminar (nuevamente) supuestamente ahora estaba bien argumentado.
Fue en eso que por debajo de mi cama sale un sujeto algo bajo, con una bat en la mano, y me empezaba a golpear diciendo “péguenle… péguenle… jejejeje… péguenle.
Algo impresionado por los golpes propinados que estaba recibiendo, atine a patearle la cabeza, la cual salio despedida por los aires en un río de chispas eléctricas que iluminaron toda la pieza y las caras de los presentes. El cuerpo inerte del (al parecer) androide, aún afirmaba el bat, y si caía de espalada con un gran estruendo, regando todo el suelo de cables chispeantes.
Hubo un silencio muy doloroso, y la primera palabra que lo rompió, fue el de congreso amenazando con que el gran dirigente se enteraría, y me castigaría, y las penas del infierno sobre mi caerían, propinadas por la mismísima mano de hierro que la senda dirige. Estas apocalípticas palabras fueron acompañadas por las burlas de uno de mis tres “amigos” repitiéndolas incansantemente. Mi enojo llego al punto culmine, y tome por debajo de mi cama la metralleta para matar a congreso, y sin dudarlo solté la carga sobre el trio de seres, que en ningun momento pestañearon, ni mostraron muecas de dolor, sus viseras volaban por toda la pieza, mientras mi cara de rojo se teñia. El arma a quedado vacia, la tiro sobre el charco de restos de gente, mientras se escucha el murmullo de mi tres “amigos”:
-mmm… parece que la profecia se hizo realidad, su paranoia se activo.
-hay que proceder a “eliminarlo”.
- al parecer es lo mas sensato.
Al escuchar esta conversación, me resigne a aquello, y pregunte como era eso de “eliminarme”,
- es muy facil, dijo el mas bajo de los tres, tan solo hay que pincharte. Y revienta en una risa realmente perturbadora
¿!pincharme¡? y ¿donde?.
- relájate, están solo en el brazo, como una vacuna.
Creo que eso me relajo un poco, pero el mas alto de los tres se empezó a reír por algo que prefiero no decir, relacionado con los selenetias, seres que no muchos conocen, y que no me atrevo a insultar el este texto, solo menciono que le provoco mucha risa.
Algo pasmado por la risa del sujeto alto, le dije que esos sujetos realmente no existían, que eran falsos. Entonces el me respondió.
- ¡tu eres el falso!, ellos son muy reales, eso es la verdad, kult es mi realidad, mi realidad es la única verdad, nada es real, kult es real, kult es real kult… y cayendo en una rutina de locura, empalideciendo hasta el máximo, corrió en círculos gritando, con sus ojos a punto de salirse de sus cuencas, se le formaron horrendas ojeras, y no hizo mas que gritar y correr de manera muy perturbadora.
No podía creer tantas acciones en mi pieza, mientras pensaba, una voz suena el la penumbra que me tranquiliza.
- están todos locos.
Tan solo esa frase me relaja, por fin alguien me comprendía. Oye, que sucede, es cierto están todos, locos, ¡no dejes que me pinchen!
- hey que te pasa, yo también estoy loco…
Un piquete en mi brazo fue lo sentí en mi brazo después de aquellas palabras, y luego todo se puso en blanco.
Hoy desperté en mi pieza con un diario que decía.
Joven enfermo, mata a 7 amigos que lo venían a visitar por resfrió. No quise leerlo, me suena a historia repetida, total en 15 minutos mas, vendrá la enfermera a inyectarme, y a olvidar todo lo que hice durante el día, y quizás hasta este sueño, pero que importa, total aquí hay muchos cojines, y esta todo muy limpio.
Fin.
*este es un sueño real, los nombres fueron omitidos para evitar malos roces, la historia tiene pequeñas modificaciones para hacerla apta para mas publico.
El final es falso, se le agrego para darle cierta coherencia en la historia.